¿Pensar algo terrible me convierte en mala persona?
Muchas personas con Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC) se angustian por pensamientos que consideran inaceptables: dañar a alguien, infidelidades, dudas sobre su identidad o moral. Estos pensamientos generan culpa y miedo, no porque reflejen deseos reales, sino porque van en contra de los valores de la persona.
A esto se le llamamos pensamiento egodistónico: ideas que entran en conflicto con los propios valores y cómo se autopercibe la persona (identidad). Como la persona no los quiere ni acepta su aparición estos pensamientos acaban generando malestar.
Desde la terapia cognitivo-conductual hablamos de la sobreimportancia del pensamiento, es decir, la creencia de que pensar algo es casi tan grave como hacerlo. Este error lleva a confundir ideas con intenciones, y eso alimenta la ansiedad. Pero, ¿acaso todos los escritores de novela negra pensaron en cometer los crímenes previamente a escribirlos?
Tener un pensamiento no significa que sea real, probable o que diga algo sobre quién somos. Todos tenemos ideas raras o inquietantes; la diferencia está en cómo las interpretamos.
En TOC, el trabajo terapéutico consiste en aceptar la presencia de estos pensamientos sin reaccionar con compulsiones, aprender a tolerar la incertidumbre y recordar que un pensamiento no te define. Tus actos, sí.
Si quieres trabajar en ello, no dudes en contactarme.