¿Pensar algo terrible me convierte en mala persona?
Reflexionando acerca de los pensamientos obsesivos
Muchas personas con Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC) se angustian por pensamientos que consideran inaceptables: dañar a alguien, infidelidades, dudas sobre su identidad o moral. Estos pensamientos generan culpa y miedo, no porque reflejen deseos reales, sino porque van en contra de los valores de la persona.
A esto se le llamamos pensamiento egodistónico: ideas que entran en conflicto con los propios valores y cómo se autopercibe la persona (identidad). Como la persona no los quiere ni acepta su aparición estos pensamientos acaban generando malestar.
Desde la terapia cognitivo-conductual hablamos de la sobreimportancia del pensamiento, es decir, la creencia de que pensar algo es casi tan grave como hacerlo. Este error lleva a confundir ideas con intenciones, y eso alimenta la ansiedad. Pero, ¿acaso todos los escritores de novela negra pensaron en cometer los crímenes previamente a escribirlos?
Tener un pensamiento no significa que sea real, probable o que diga algo sobre quién somos. Todos tenemos ideas raras o inquietantes; la diferencia está en cómo las interpretamos.
En TOC, el trabajo terapéutico consiste en aceptar la presencia de estos pensamientos sin reaccionar con compulsiones, aprender a tolerar la incertidumbre y recordar que un pensamiento no te define. Tus actos, sí.
Si quieres trabajar en ello, no dudes en contactarme.
No puedo dejar de pensar…
Cómo dejar de tener pensamientos obsesivos
¿Y si me contamino si toco la puerta?
¿Esta voz es realmente mía? ¿Y si no lo fuera y me estoy volviendo loco?
¿Si miro a esa chica es porque ya no quiero a mi mujer?
¿Qué pasaría si le empujo por las escaleras?
Pensamientos intrusivos como estos pueden asustarnos mucho pero que aparezcan no significa que estés perdiendo la cabeza ni que quieras hacer esas cosas. Hoy hablamos de los pensamientos obsesivos: qué son, cómo se diferencian de las preocupaciones normales y, sobre todo, por qué no eres tu pensamiento.
Los pensamientos obsesivos son pensamientos no deseados, repetitivos e intrusivos que aparecen de forma automática sin que los busques. Suelen estar cargados de ansiedad o culpa, por lo que suelen reflejar miedos y ser contrarios a tus valores y deseos. Por eso, resultan tan angustiantes. Además, pueden ir acompañados de imágenes, frases o impulsos mentales de alta intensidad.
A diferencia de las preocupaciones normales, estas suelen ser irracionales: no tienen una base lógica y la probabilidad de que ocurran son mínimas. Son repetitivas y paralizantes, generando angustia, culpabilidad y ansiedad.
La respuesta habitual a estos pensamientos suele ser evitándolos o tratando de neutralizarlos de alguna forma. Sin embargo, estas medidas no suelen ser eficaces en el largo plazo y contribuyen a mantener y agravar el problema. Siguiendo los ejemplos de arriba, si tengo miedo a contaminarme una conducta neutralizadora podría ser lavarme las manos o evitar tocar x objetos; grabar notas de audio para verificar la voz; racionalizar por qué no me gusta esa chica; o tratar de cambiar el pensamiento.
Tener este tipo de pensamientos no te convierte en una mala persona, ni en peligrosa, ni en alguien con una enfermedad mental grave. De hecho, casi todo el mundo ha tenido pensamientos extraños alguna vez. La forma en cómo los interpretamos y abordamos es lo que hace que vayan interfiriendo en nuestro día a día y acaben desarrollando un trastorno obsesivo-compulsivo.
Si te has sentido identificado/a, te puedo ayudar a normalizar y dejar de alimentar estos pensamientos.